VIAJANDO BAJO TIERRA

             Disfrutando de la lluvia -maleta en mano - mojada toda yo, entré aprisa y de lleno, en el Metro de Paris con esa fantástica vista bajo tierra . Construida por un  buen Ingeniero Jefe Fulgence Marie Auguste Bienvenüe en 1896, posicionándose en la actualidad como el segundo metro más concurrido de Europa.

         Bendita lluvia; me despertaba más que un  buen café en "Les Deux Magets"- Cafeteria en Paris, que por cierto servian los mejores cruasants de la Ciudad..., - aunque un poco caro el desayuno, por estar situada - en el barrio Saint Germain......denominado Distrito 6. Es el más deseado en Paris , por sus mundialmente famosas universidades y la Sede del Senado de Luxemburgo.

Mi vida transcurria entre el estudio y el trabajo. El metro era el transporte que me causaba por los horarios un stress continuado, pero de momento era el que conseguia que los mismos fuesen puntuales, y de momento en otro no me servia... Lo que me calmaba el estress era caminar por los Parques de Paris de noche, cuando la Ciudad dormía.

Mi trabajo era en una Oficina Consular...ubicada en: 165,boulevard Malesherbes. Paris Cedex. Realizo toda clase de trámites para los españoles que residen en Paris. Me encanta el trabajo. Relacionado con él, estudio en una academia a fin de aprender francés perfectamente, aunque tengo proyectado poder acudir también a clases de alemán e italiano. Me encantan los idiomas.

Todos los dias transcurrian más i menos iguales a excepción de hoy. En el vagón del metro me miraba un joven que vestía una ropa antigua -de otra época- un sombrero al estilo inglés, con zapatos de charol que no se suelen llevar en la moda de ahora.

Sus ojos negros fijos en los mios; era como si me conociera, pero no, no recodaba a nadie que hubiera atendido en el Consulado, ni en la Academia.  Se acercaba hacia mi pero me dió tanto miedo que pasé al siguiente vagón. Cual fué mi sorpresa que le ví frente a mí nuevamente dándome un susto de soponcio....pero no me hablaba y ello me producia un nervio incontrolable.

¿Qué estaba pasando?. Me traspasó el cuerpo....no entendia nada. Este joven la habia tomado conmigo...tomé tal susto que bajé del metro como un rayo, y otra vez delante de mi nuevamente, y sin cruzar palabra....

Finalmentre, decidi preguntarle: ¿quién eres? ¿Qué quieres de mi?

Quedé estupefacta de su contestación: solo mirarte, estar a tu lado como siempre. No me recuerdas, pero estuvimos juntos y nos quisimos mucho. Ahora no me pueden apartar de mi lado. La muerte nos separó, pero te encontré y puedo decirte que no me marcharé hasta que llegue tu hora.

Madre mia! Cada vez se enredaba más esta situación. No entendía nada...bueno y el joven a mi lado..era estresante pero....¿qué podia hacer?....Era tal mi estado que no me dejaba pensar y sentir a pesar del tono suave de su voz y su olor tan agradable....que me embriagaba. 

Nadie mas que yo veia al joven que tan amorosamente me hablaba, que conocía todos mis pasos, mis costumbres; en fin, todo de mi. Al salir del trabajo, nuevamente el metro para volver a casa, y sin dilación tenía que visitar a Clodine, la vecina del tercero,; una anciana que sabia de estas cosas....Alli estava, junto a su puerta, y al abrirla me quedé estupefacta. Ahhh! Amiga mia...vienes bien acompañada.... Mi cuerpo todo empezó a temblar, aunque no me esperaba menos pues en otras ocasiones ya me explicó que yo veia a los espiritus, pero nunca tuve una experiencia por ser bastante exceptica al respecto.

El joven cotinuaba a mi lado, mientras Clodine intentaba por todos los medios convencerle para que regresara al mundo del que había venido para verme. Ya sabes, Marie está bien, debes ir a la luz...te esperán...lo sabes... Si continúas aquí Marie no puede hacer su vida, debes respetarlo, no debes interrumpir su crecimiento. Ella no es la persona con la que te casaste, ahora está en este plano para otros propósitos. Por favor, hazlo por ella, si la quieres de verdad...

En ese mismo instante vimos una luz intensa, y con lágrimas en los ojos, el joven se alejó sin volver la mirada. Nos despedimos y al fin encontró la paz. Solamente vino a verme y a decirme Adios. Hasta siempre.