MIEDOS
El sistema límbico es el encargado de regular las emociones; se ubica
en el cerebro, tanto en los animales como en los seres humanos, dónde se
encuentra el mecanismo que da rienda suelta al miedo; esto ocurre gracias a la
amígdala, que es la que localiza el miedo o el afecto, según corresponda.
Entonces, la amígdala se activa y se genera el mecanismo de defensa, como
pueden ser la lucha, huida, entre otros.
Hay muchos tipos de miedo, por ejemplo, el miedo neurótico. También los
miedos agudos, provocados por estímulos o situaciones tangibles y que se
disipan con facilidad cuando se retira o evita el estímulo que los ha
suscitado; frente a los miedos crónicos, que son más complejos y pueden estar o
no ligados a un origen tangible que los provoque.
Hemos tolerado el miedo desde nuestra infancia, como forma esencial de
ejercer autoridad, tal como lo han hecho nuestros padres, y toda la raza en la
que hemos nacido. Es el principio de todos los males, perdemos la confianza en
nosotros mismos y en nuestra propia capacidad, impotentes y abocados al
fracaso.
Es necesario que pongamos a nuestro ser en la relación que tenemos con el
mundo y comprobar en esta relación con él no nos encontramos separados del
resto, sino que somos el resto del mundo.
Estemos unidos a la Unidad. Todos somos uno.
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